La casa se encontró en silencio de golpe, las marionetas cayeron al suelo sin vida. La muchacha agarró la libreta con una mano y la pluma con la otra, avanzó unos pocos pasos sigilosamente hacia la puerta, antes de cruzarla respiró profundamente y asomó poco a poco la cabeza con temor a perderla si lo hacía de golpe. Salió al pasillo al dar un pasó más y respirando agitadamente miró de derecha a izquierda varias veces asegurándose de que de momento se encontraba a salvo, un frío intenso la invadió con la siguiente bocanada de aire que penetró en sus pulmones. Ahora sabía con toda seguridad que Ello se encontraba ahí, en algún lado de la casa, su respiración comenzó a adquirir mayor velocidad conforme llegaban estos pensamientos a su cerebro.
Judit no sabía si lanzarse a correr sin mirar atrás o quedarse plantada en su sitio, al menos sabía con cierta certeza que en su cuarto no había nada ni nadie y podría utilizarlo como refugio llegada la ocasión.
Un crujido de la madera en las escaleras la hizo volver en sí.
Preparó la pluma acercándola a la séptima hoja de la libreta y esperó, un escalofrío le recorrió por la espalda cuando vislumbró los primeros mechones del cabello cobrizo de Ello...entonces, y solo entonces, comenzó a escribir...
La tinta brotaba sedienta de impresión y las primeras palabras fueron las siguientes...
Judit no sabía si lanzarse a correr sin mirar atrás o quedarse plantada en su sitio, al menos sabía con cierta certeza que en su cuarto no había nada ni nadie y podría utilizarlo como refugio llegada la ocasión.
Un crujido de la madera en las escaleras la hizo volver en sí.
Preparó la pluma acercándola a la séptima hoja de la libreta y esperó, un escalofrío le recorrió por la espalda cuando vislumbró los primeros mechones del cabello cobrizo de Ello...entonces, y solo entonces, comenzó a escribir...
La tinta brotaba sedienta de impresión y las primeras palabras fueron las siguientes...
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