viernes, 3 de julio de 2009

Silencio



Silencio…la ciudad está dormida y yo me mantengo despierto aprovechando la ocasión para explayarme sin que tengan la posibilidad de negarse rotundamente ante esta situación.La gente descansa esperando un nuevo día. Hay quien no se levantará de la cama al amanecer, pues la muerte es imprevisible, quien sabe, puede que hasta yo, que en estos momentos estoy tecleando incesantemente por temor a escuchar el aterrador silencio y quedarme bloqueado… repito, puede que hasta yo no me despierte al amanecer, por un trallazo del ordenador, un incendio, un paro cardíaco, ataque cerebral, quien sabe, puede que en estos momentos esté rozando la muerte y no me esté percatando de ello. Pero bueno, dejemos a un lado este tema tan peliagudo, pues la verdad, en esta penumbra en la que me encuentro no es muy agradable el tema. Miro a través de la ventana y veo una espesa niebla que cubre toda la ciudad, como serpenteando asciende la niebla por el Naranco tragándose todo a su paso, todo se viste de blanco con el transcurso del tiempo, y yo pierdo de vista la ciudad, solo me cabe esperar que cuando desaparezca la niebla a la alborada todo vuelva a estar en su sitio, a que las calles se vuelvan a llenar y se forme un bullicio de gente circulando de aquí para allá y de allá para aquí.La ciudad está cansada y aún así permanece alerta, siempre alerta ante cualquier circunstancia nueva…Miro ahora la hora, las 3:00 de la madrugada, no logro conciliar el sueño y me desespero, lo único que puedo hacer es escribir para conseguir cansar la vista y así poder acostarme un rato. Marcho a la cocina y me bebo un vaso de agua, doy una vuelta por la casa comprobando que todo esté en orden y me dispongo a guardar este documento e intentar dormirme…


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